El pasado 17 de Febrero, fallecía a los 83 años Ulric Neisser. Con la muerte del profesor de Cornell, nos abandonaba una figura clave e insustituible de la historia de la psicología. Como otros tantos investigadores de origen alemán, Neisser comenzó su andadura en el mundo de la psicología atraído por la Gestalt y pronto empezó a realizar sus propias investigaciones (al parecer algunas de ellas en el campo de la percepción extrasensorial). Sin embargo, opinaba que la psicología gestáltica carecía del rigor metodológico que cabría exigirle a una ciencia seria. Tal vez fuera su insatisfacción con los problemas de la Gestalt junto con la escasa profundidad psicológica de la otra corriente dominante del momento, el conductismo, lo que le llevara a ser el fundador (junto con otros) de la psicología cognitiva, que pretende aunar el mentalismo de la psicología gestáltica con el rigor metodológico del conductismo. Su libro de1967, Cognitive psychology es precisamente una de las obras fundacionales de este nuevo enfoque. En él se combinan por primera vez y con habilidad magistral las teorías del procesamiento de la información, la inteligencia artificial, la simulación de procesos cognitivos y la experimentación psicológica. Quien fuera el padre de esta corriente de pensamiento, fue también uno de sus primeros críticos. En Cognition and reality, publicado en 1976, criticaba a los psicólogos cognitivos por fundamentar sus investigaciones en situaciones de laboratorio exageradamente artificiales y con poca o ninguna relevancia para la solución de problemas prácticos y para la compresión de la conducta humana en su ambiente natural. La psicología actual no puede olvidar a Neisser sin perder buena parte de su esencia. Y no lo hará.