Cada vez que Steven Pinker se pone a escribir un libro, sólo cabe esperar lo mejor. Pero a veces consigue superar todas las expectativas. Su última obra, The better angels of our nature es de esos libros que no queda más remedio que leer, antes o después. Se trata de un profundo y meticuloso estudio de la evolución de la violencia en las sociedades humanas. Si eres de los que creen que cualquier tiempo pasado fue mejor, no puedes estar más equivocado. Tenemos la suerte de vivir en la época menos violenta de la historia de la humanidad. A través de un detallado análisis de todos los datos disponibles, Pinker muestra que prácticamente no hay ninguna forma de violencia que no se haya reducido drásticamente a lo largo de los siglos. Incluso incluyendo las dos terribles guerras mundiales, nunca fue tan improbable sufrir una muerte violenta como en el siglo XX. Salvo si tienes la suerte de vivir en el siglo XXI, porque hasta en los pocos años que llevamos recorridos del nuevo milenio sigue su curso la reducción sistemática de la crueldad y la violencia.
¿Quiere esto decir que podemos relajarnos despreocupados a disfrutar de la paz duradera en la que vivimos? Nada más lejos de la intención de Pinker que hacer predicciones sobre el futuro. Como señala varias veces a lo largo del libro, bastante difícil es entender el pasado como para jugársela a predecir qué va a pasar mañana. Su objetivo no es invitarnos a la serenidad y el optimismo, sino entender por qué la violencia se ha reducido. Si nuestra sociedad es más pacífica que nunca, algo habremos hecho bien. Pero es vital preguntarnos qué es exactamente lo que hemos hecho bien, porque de lo contrario nada impide que en un futuro cambiemos las condiciones sin saberlo y volvamos a nuestra primitiva violencia.
La estrategia que sigue Pinker es aprovechar que a lo largo de la historia ha habido variación en los niveles de violencia para ver cuáles son los factores que han precedido a esa variación y poder así explicarla. Saltar de correlación a causación es una maniobra arriesgada, ya se sabe. Pero cuando uno quiere entender las causas de la paz no hay experimentos que valgan. Uno sólo cuenta con el relato de la historia. A lo largo del texto, Pinker va detectando algunos buenos candidatos a ser reconocidos como causas del declive de la violencia.
Siempre entusiasta de Hobbes, el primero de los candidatos que encuentra Pinker no podría ser otro que el Leviatán: la existencia de estados centralizados con el monopolio del ejercicio de la violencia, evitando la guerra del todos contra todos y haciendo así que la vida deje de ser “solitaria, pobre, desagradable, brutal y corta”. El diagnóstico del segundo candidato se lo debemos a Kant y a la filosofía de la ilustración. Se trata de las relaciones comerciales entre las diversas naciones, que hacen que cada país tenga más que perder atacando a otro país que manteniendo negocios con él. Conquistar otra nación para apoderarse de sus recursos es más caro que comprarlos en el mercado internacional.
Junto a estos factores de carácter económico y político, Pinker encuentra también factores de carácter psicológico. Uno de ellos es la creciente capacidad de las personas para ponernos en el lugar de los demás y concebir cómo se sienten. Entre otras, según Pinker, le debemos esta creciente capacidad a la literatura, que nos expone en el mundo de la ficción a dilemas, tensiones, y desencuentros que apenas experimentamos en la vida cotidiana y que alimentan nuestra competencia moral. En esta misma línea, Pinker habla de la creciente “feminización” del ser humano como uno de los factores cruciales de la paz que disfrutamos. Los mejores ángeles de nuestra naturaleza resultan tener sexo, y son mujeres.
Genial entrada, Miguel. Habrá que leérselo sin duda!!
Muy muy muy recomendable leerlo! Aunque eso sí, hay que prepararse, porque son como 700-800 páginas de texto. Afortunadamente, con el estilo de Pinker se lee como si fuera Harry Potter…
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Reciba un saludo cordial cargado de respeto y admiración, soy Wilson y escribo desde Venezuela, digo admiracion porque al encontrar sus escritos navegando en internet, me estoy adentrando en estos temas que siempre han engendrado una curiosidad y un ancia de conocimiento en mi mente. Pero por cuestiones de trabajo y de tiempo la verdad nunca había leido acerca de esto y me alegra que las inquietudes de mi mente ya esten siendo tratadas de forma tan profesional. Hablando especificamente del tema de la violencia, me genera incertidumbre porque si bien ya no se ven esas guerras tan crudas como en tiempos pasados (obviando los conflictos en los paises árabes), noto con preocupacion que en ciertas regiones de mi país, el hampa comun (grupos de personas que se dedican a delinquir, principalmente teniendo el control del negocio de las droga ilicitas, robando y asesinando), esta poniendo en pratica cada vez más, el desmembramiento de personas mientras aun estan con vida, otras veces queman los cuerpos y en otras ocaciones les disparan adiscrecion como si se tratara de una diana de una cancha de tiro. Todo esto mientras gravan videos, supongo influenciados por grupos de la misma naturaleza, de otros países. Ahora bien, y esta es la cuestion acerca de la que quisiera una opinion suya. Será que estas practicas se veian desde otras epocas, o es una nueva forma de violencia engendrada por estos grupos delincuenciales, que podria ir acrecentandose con el pasar del tiempo, influenciando a más y más jovenes que ven en el mundo de la delincuencia una ” opcion de vida”.