“Sin embargo, en la sociedad moderna la cría de cabras comienza en la cima, es decir, en la universidad, que es donde se instruyen los profesores. Esto no supone únicamente encender los candiles, sino también luchar contra quienes intentan apagarlos. En otras palabras, tenemos que afrontar resueltamente la desagradecida tarea de criticar a aquellos que han tomado el camino fácil del pensamiento acrítico y se enorgullecen de ser tan “abiertos” que pueden absorber y enseñar todo tipo de basura intelectual. Debemos insistir en que los profesores universitarios tienen el deber de estar a la altura de criterios de rigor intelectual cada vez más exigentes, así como de abstenerse de enseñar pseudociencia y anticiencia. La libertad académica sólo se refiere a la búsqueda y enseñanza de la verdad. No es una licencia para decir sandeces.” (Bunge, 2010, p. 189)
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Bunge, M. (2010). Las pseudociencias ¡vaya timo! Pamplona: Editorial Laetoli.