No recuerdo los hechos concretos, pero la cosa debió ser tal que así…
HM: Miguel, tengo una idea que te va a encantar.
MAV: Miedo me das.
HM: ¿Y si hacemos algo de divulgación?
MAV: Pero, Helena, si la vida no nos da para más.
HM: Venga. Algo tipo Divulcat o e-Ciencia.
MAV: ¿Donde tienes lo de la madalena?
HM: Sí, como eso.
MAV: Pufff… ¿Pero tú sabes el tiempo que va a llevar?
HM: Ya tengo hasta nombre. Lo podemos llamar Psicoteca.
MAV: Ummm, Psicoteca. Now we’re talkin’…
… O así lo imagino yo ahora. Psicoteca nació como una revista electrónica de divulgación científica, con revisión por pares y todo. No me había equivocado: llevaba una cantidad de trabajo increíble. Pero Helena tampoco se había equivocado: el resultado fue igualmente increíble. Desde luego, el esfuerzo mereció la pena. No duró mucho el sistema de revisión que habíamos montado, es verdad; pero por el camino nos hicimos con artículos excelentes escritos por los mejores investigadores del panorama nacional. Poco tiempo después, Fernando Blanco nos propuso la idea genial de pasar del formato revista a un blog de divulgación y enseguida se le añadió Héctor Mediavilla al proyecto de hacer de aquel blog un referente de la divulgación científica en psicología. El formato resultaba más ameno, dinámico y fácil de gestionar, pero Helena y yo no fuimos capaces de seguir el ritmo. (¡Ni falta que hizo, porque Fernando y Héctor hicieron un trabajo excelente!) Una década después de comenzar su andadura, volvemos a la carga con Psicoteca, esta vez en formato WordPress y con el apoyo logístico, afectivo y creativo de todo Labpsico. Tenemos alguna cana más que entonces, pero no hemos perdido nada del entusiasmo. ¡Esperamos que os guste!